CREER O REVENTAR: La inseguridad y los animales de poder

Los que vivimos en ciudades nos hemos preguntado una y mil veces por que permanentemente corremos el riesgo de ser robados o agredidos en la calle. ¿Tiene algo que ver mi estado de ánimo, mi vestimenta o debo ir siempre acompañado de un policía?

Imagínense ustedes, cuando éramos pequeños, creíamos tener un ángel protector que nos cuidaba de que no nos pase nada malo, al cruzar la calle, frente a algún peligro o a adultos con malas intenciones; les diré que eso era cierto y que se trataba del “ángel de la guarda”. Para los shamanes existe esa protección y se la llama animales tótem, que no solo nos cuidan de agresiones físicas sino también de agresiones espirituales; disgustos, enfermedades de todo tipo y también maleficios.

Citando a Jamie Sams y David Carson:

«Cuando exhortas el poder de un animal, estás pidiendo ser envuelto en armonía completa con la fortaleza de la esencia de esa criatura. Adquirir comprensión de estos hermanos y hermanas, es un proceso de curación, y debe ser abordado con humildad e intuición. Ciertos aspectos de las lecciones dadas por estas criaturas han sido elegidos para reflejar las lecciones que cada espíritu necesita aprender en el Buen Camino Rojo. Estas son las lecciones de ser humano, de ser vulnerable y de buscar la totalidad con todo lo que existe. Son parte del camino hacia el Poder. El Poder yace en la sabiduría y la comprensión del papel de uno en el Gran Misterio, y en honrar el hecho de que cada cosa viviente es un Maestro». (Medicine Cards – La Rueda de la Medicina)”

¿Qué debo hacer para tener mi animal tótem o animal de poder?  ¿Me lo puede dar un Shaman o  lo puedo encontrar yo en una meditación?; las dos formas son válidas.

Encontrar tu animal tótem:

El ejercicio que sigue tiene como función ayudarte a encontrar tu animal tótem. Usaremos la meditación creativa para entrar en el reino animal en forma efectiva (para los Shamanes, se trata de un viaje al mundo inferior). No te preocupes si no estás preparado para imaginarlo, ocurre que aún no sabes el significado que tendrá para ti el animal que se presente en la meditación.

Busca un ambiente cerrado como puede ser tu habitación, cierra la puerta con llave para que nadie te interrumpa, apaga el celular y desactiva tu teléfono, ponte ropa cómoda y ponte música de: “Tamborcitos Shamánicos”. Tapa tus ojos con un pañuelo de los usados para abrigar el cuello, de esta forma no será necesario permanecer con los ojos cerrados, acuéstate o ponte en posición de loto, relájate, trata de que la habitación esté en penumbras. (El sonido de los tamborcitos obrará como un mantra, equiparando los dos hemisferios cerebrales para rápidamente entrar en estado alfa).

Es muy importante que ejecutes el ejercicio sin preconceptos. Permite que el animal tótem se te presente, deja que él te elija en lugar de elegirlo tú a él. Pon en tu mente que el animal tótem tiene un significado simbólico, aprende de él y medita de como él puede reflejar tu propia vida, entonces más fácilmente podrás acceder a sus energías.                                    En ejercicios de este tipo, mucha gente se hace problema con la interpretación de las imágenes encontradas. Tu tótem natural puede ser un ave, un mamífero, un insecto o un reptil. Lee, estudia y aprende de la naturaleza de tu tótem para poder relacionarlo contigo. No aceptes tu tótem sin cuestionamientos. La imaginación es una herramienta maravillosa, pero si no se usa adecuadamente, nos puede engañar. Has este simple proceso de verificación para el tótem que resulte: ¿Cómo me hace sentir? ¿Qué emociones o sensaciones despierta en mí? ¿Este es un animal que ha despertado mi interés en el pasado? ¿Qué te hace pensar? ¿Es su respuesta sincera?

No lo descartes descuidadamente por el solo hecho de no ser atractivo para tu ego. El tótem pudo ser absolutamente apropiado para ti pero no lo sabrás hasta que no lo estudies a fondo y lo explores más de cerca en características y calidad.

Si te aparece un tótem que muestra sus colmillos o está en forma amenazante dándote miedo, simplemente sal del ejercicio. El no te hará daño, puedes terminar el ejercicio cuando quieras o desees, siempre hay un momento y eres el encargado de proporcionarlo. Piensa que hay imágenes que nos dan miedo y que muchas veces son solo proyecciones de nuestros propios miedos.

En ejercicios de meditación de este tipo, muchas veces te observarás a ti mismo experimentando una situación o imaginando como será experimentada. Con el tiempo y la práctica esto puede transformarse en una puerta para un viaje shamánico verdadero.

Modelo básico: 

1) Relajación.

2) Entrar en una cueva o un árbol (Ej: Alicia en el país de las maravillas).

3) Recorrer la cueva hacia un punto de luz que es la salida del túnel.

4) Salir de la cueva para ingresar en una pradera o un bello lugar natural.

5) Experimentar la paz de la naturaleza.

6) Permitirle al animal tótem entrar en escena.

7) Permitirle al animal tótem hablar contigo, ejecutar movimientos, sonido, forma, color.

8) Recibe el mensaje de su poder. Escucha sus pensamientos. Permite que te diga o te muestre como te ha ayudado en el pasado y como lo hará en el futuro.

9) Dele las gracias por haberse hecho conocer y pregúntele por alguna confirmación tangible que él es verdaderamente su animal tótem (Esta confirmación puede ser hecha si en sucesivas meditaciones vuelve a aparecer, también se puede aparecer en sueños o de múltiples maneras).

10) Muévete para atrás en el túnel para poder salir por donde entraste (En el árbol).

11) Toma cuatro o cinco respiraciones profundas y siéntate nuevamente conectándote a tierra, es decir, volviendo al mundo cotidiano.

LA LEY DE LA SELVA o la ley de la presa y el predador:

La presa: son los animales cuya dieta preferentemente consiste en vegetales, o sea que no comen carne, tales como ratas, conejos, monos, ciervos, venados, búfalos, elefantes, etc.    Estos animales “saben” que tarde o temprano serán devorados por predadores, por lo cual, frente a tal amenaza constante no alteran su modo de vida. Agudizan su oído y olfato para que cuando perciban la presencia de un cazador se den a la fuga inmediatamente, generando suficiente cantidad de adrenalina como para desplegar gran destreza y velocidad para poder escapar. Detectar la presencia del predador no significa verlo, en tal caso sería demasiado tarde ya.                                                                                                                     Para preservar la vida es condición sine cua non, tener un estado físico sano, lo cual implica que estar enfermo o viejo, inevitablemente derivará en ser comido por un predador. Cada especie tiene su propia estrategia; los roedores son de hábito nocturno para tener menor posibilidad de ser vistos por aves de rapiña. La estrategia del conejo es muy particular, pretende asustar a su atacante con gritos y lejos de espantarlo lo atrae porque este al escuchar los gritos se acerca para ver de qué se trata. El instinto de gritar frente al inminente peligro quizás funcione en el humano pero con los animales nunca tiene buen final. En ciertos insectos y animales funciona el camuflaje, es decir cambiar de color como el camaleón y así pasar desapercibido o para el caso del zorrino expeler un olor hediondo. Hacerse el muerto como la comadreja suele ser eficaz para ciertos casos de peligro.

El predador: son esencialmente carnívoros y se pueden clasificar en tres categorías; predadores primarios o cazadores; son, en general, los felinos. También entran en esta categoría algunas aves de rapiña como águilas, halcones, chimangos etc. Se alimentan de carne fresca y solo le interesan los animales vivos, luego de saciar su hambre abandonan la presa que luego entrará en descomposición y será aprovechada por los carroñeros o predadores secundarios. Estos últimos no tienen la capacidad de cazar, por lo tanto esperan pacientemente a que el predador primario termine de comes y se valla. El aparato digestivo de estos predadores es incompleta y necesitan que la carne esté en descomposición; hiena, perros cimarrones, etc. Aves carroñeras como buitres, cóndores y otros, presentan pelada toda la cabeza y parte del cuello para no ensuciar sus plumas con lo que comen. Si hay algo muy significativo es que entre predadores no se comen entre sí por más hambre que tengan. Entre las especies de predadores tampoco se matan entre sí, salvo para defenderé la cría o en la época de celo.

La ley de la selva en la ciudad: tanto presa como predador conviven y en apariencia no se diferencian los unos de los otros, salvo por algunas características especiales y por la zona donde operan, pasamos a describir:

Nuestra vestimenta influye si llamamos la atención de los predadores (los delincuentes urbanos) poniéndonos de manifiesto en forma evidente y de acuerdo a las circunstancias; El regresar de noche a nuestro hogar a pie y con ropa elegante puede atraer su atención, seguirnos y emboscarnos. Si caminamos por el medio de la calle las luces nos arán visibles y nos podrán ver a gran distancia, haciéndonos vulnerables a los posibles delincuentes que estén merodeando para buscar una víctima (al boleo). Concurrir a un banco de traje y maletín puede también despertar su curiosidad ya que suponen que puede haber mucho dinero en juego. También los atraen los autos lujosos y un descuido al entrar o salir de la casa (entradera y salidera). Las modernas alarmas a control remoto que avisan con destellos luminosos que estoy por entrar al automóvil estacionado, puede ser contraproducente porque alertarán también al delincuente. Medidas de seguridad tales como evitar que el posible delincuente que me sigue a pie, se acerque a menos de diez metros, puede ser muy eficaz para evitar el contacto y ser amenazado.

Los delincuentes, por el contrario, aprovechan de un descuido de su víctima para el abordaje. Ellos visten ropas oscuras para mimetizarse en la noche, usan calzado deportivo para desplazarse velozmente y poder atacar o escapar según el caso. Por eso debe evitarse los lugares solitarios y estar atento a quién me sigue, si la distancia se acorta cruzar de vereda como estrategia evasiva, también simular que uno vio una persona conocida y le hace señas, puede funcionar. Siempre se tratará de descolocar al asaltante con una situación dudosa e impredecible que él no pueda controlar como podría ser estar hablando con la policía mediante el celular, por ejemplo.

Si hay algo que queda en claro es que el delincuente que me va a asaltar es un predador primario o cazador, que si no actúa no habrá botín para repartir con el o los predadores secundarios (cómplices). Es en esta simbiosis como se unen delincuentes y policías en connivencia para repartir lo robado (zonas liberadas o capturar al ladrón para luego soltarlo para que siga robando). También suministrar información a delincuentes desde vigiladores, bancos, etc. En esta simbiosis suele pasar que personas encargadas de protegernos les den armas a los delincuentes y también los obliguen a delinquir.

A todo esto se agrega el consumo de drogas, que no tiene un paralelismo con la ley de la selva (regla de oro: entre ladrones no se roban), y desaparecen los códigos de la vieja delincuencia.

Dado que las políticas de Estado no contemplan enseñarnos a defendernos ni a curar nuestras propias enfermedades, no existe registro de violadores ni se publican las fotos de los delincuentes para alertar a la población (delincuentes anónimos que se transforman en los “empleados” de cierta policía corrupta, evitando así el accionar de eventuales justicieros).

Por toda esta situación es imprescindible estar muy atento para no ser presa de los cazadores (delincuentes, ladones, secuestradores) porque detrás de ellos están los predadores secundarios que pueden ser muchos y de distintos niveles sociales.

Encomendarnos a nuestro animal de poder:

Reportes de algunas personas ayudadas por su animal tótem:

Nelly de 84 años y cuyo animal tótem fue un león; “Estaba aguardando dentro del auto a que el portón automático termine de abrir, cuando de la nada aparece un delincuente y me amenaza poniendo un revolver en la cabeza. No tuve miedo y le pedí a mi animal de poder que me deje entrar en él, como si me pusiera un tapado de piel de león. Acto seguido, el ladrón echó a correr hacia la esquina, perdiendo el arma en la fuga. Llame a la policía y me dijeron que habían llevado al hospital local a un individuo que decía haber sido atacado por un león, pensamos que se trataba de un desquiciado. No estaba herido pero si aterrorizado”.

Guillermo de 45 años y cuyo animal de poder era el lobo; “Estaba haciendo footing, corriendo por una zona de casas quintas en Parque Leloir, cuando, de repente salió un perro de una de esas casas, probablemente un Rottweiler y amenazante me cortó el camino, venía para morderme, no había nadie en la calle para pedir ayuda y aun así le grité para que se fuera pero era ´peor, se me venía encima. Cuando ocurrió algo increíble; empezaron a acudir al lugar perros vagabundos en cantidad que lo rodearon y no lo dejaron moverse, aproveché esa situación para escapar”.

Arnol de 35 años con un cocodrilo de animal de poder; “Fui sorprendido por cuatro delincuentes armados en mi taller de tatoo de Francisco Alvares, fui maniatado y torturado con una picana, yacía tirado en el suelo boca abajo. Pensé en mi animal de poder, el cocodrilo, porque me sentí perdido y que me iban a matar. Me quedé quieto y relajado (la estrategia de ese animal es hacerse el muerto, flotando en el rio como un tronco y súbitamente atacar). Los delincuentes pensaron de que me había muerto, porque uno de ellos me tomó el pulso y le dijo a los otros; “este no jode más”, por lo tanto, me dejaron donde estaba, dieron la espalda y empezaron a buscar entre mis armarios y cajones, querían dinero. Sentí la vitalidad del cocodrilo que me invadía y súbitamente rompí los cables telefónicos con que me habían atado, me levanté y le tiré con un armario al que sujetaba el arma, mientras que levantaba por el aire a otro y lo arrojaba por la ventana. Los restantes huyeron, mientras  pedía auxilio gritando para que algún vecino llame a la policía. Al llegar la policía no pudieron creer como pude desplegar tanta fuerza para deshacerse de los 4 delincuentes”. 

Analía de 27 años: Le fue dado como animal de poder la rana, benefactora para los indios, porque con su croar llama a la lluvia. “En ese entonces yo estudiaba ingeniería industrial en la Universidad de Luján, tenía que rendir por 3ª vez el final de Termodinámica, si me iba mal tenía que re-cursar la materia y también perdería un trabajo  donde me contrataron con la premisa de que me estaba por recibir de ingeniera. Recurrí a los chamanes de Moreno, porque un amigo que los conocía me dijo que me podían ayudar, ya que estaba muy nerviosa y no tenía la atención necesaria para estudiar. Llegó el día del examen, di el escrito por la mañana y el oral sería por la tarde. En lugar de repasar la materia me senté bajo un árbol y me quedé dormida. Un compañero me avisó que me estaban llamando para dar el oral, tomé mis libros y fui al salón. Con tizas en el pizarrón hice dibujos y fórmulas de cómo funciona la termodinámica en la naturaleza. ¿? O sea, la aplicación práctica de la termodinámica. El profesor llamó al decano diciéndole que no se pierda lo que yo estaba explicando. Luego de mi exposición, tanto el decano, el profesor y los estudiantes que observaban me aplaudieron, mi nota fue un 10 y escuché que el decano le decía al profesor que ahora entendía, quizás de una forma poética, lo que se trataba de explicar con las fórmulas matemáticas en la termodinámica del planeta.”

Julia de 36 años, su animal de poder el lobo; “Estaba esperando el bus en la calle España y Pagano de la localidad de Moreno, a las 5 de la mañana, no había nadie en la calle, solo alguno que otro empleado de la estación de servicio al frente, había algo de niebla. Es entonces cuando frena un auto con 4 tipos adentro y uno de ellos baja y viene hacia mí, mientras que otro del auto le gritaba: -¡Agarrala, agarrala que está sola! – No tuve miedo, porque una tenue vos en mi oído me dijo que estaba todo bien, que nada me iba a pasar. De repente, es cuando el sujeto que se me acercó y ya estaba a escasos metros de mí, se paró y dio la vuelta, luego corrió hacia el auto. De allí le ordenaban que me sujete y me lleve con él. Escuché que les gritó; – ¡No vieron el enorme perro que está con ella!, yo no puedo con ese monstruo, escapemos…- Aceleraron y se fueron, sentí que mi lobo me había protegido.

Beba de 82 años (Shamana), sus animales de poder; el tigre, la libélula y el delfín. Ella tenía que someterse a una operación quirúrgica muy riesgosa de corazón; necesitaba tres bypass, porque tenía calcificadas las coronarias y su vida corría serio peligro. La operación fue exitosa, estuvo un solo día en terapia intermedia y al día siguiente dada de alta retornó a su casa. Ella “vio” cuando sus animales de poder entraban también al quirófano para ayudarla. Su pronta recuperación sorprendió al equipo médico, ya que habían preparado la terapia intensiva para cuando saliera de la operación

Conocemos muchos más casos más, donde se confunde la intervención de los animales tótem o animales de poder con la casualidad.


Por el Ing. GUILLERMO MARINO CRAMER

Autor del libro “Crónica de un viaje a lo desconocido” DUNKEN

Email: skyjetar@gmail.com Te: 11 4056 1176

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