Hay un poder que deviene de nuestra propia naturaleza humana, de nuestro ser mujer. Hay una fuerza creadora que nos habita. Por muchas generaciones, fue callada, ocultada y se convirtió en tabú. Hoy, se está despertando a una nueva conciencia, a un nuevo conocimiento de la salud femenina y de los ciclos.
¿Qué es ser cíclicas?
Es reconocer nuestro ciclo menstrual ovulatorio y habitarlo de forma consciente. Cíclicas somos porque cada mes, volvemos a encontrarnos con nuestro sangrado menstrual y nuestro ciclo hormonal vuelve a comenzar. Al igual que la Naturaleza que observamos fuera con sus cambios, mutamos dentro, mes a mes. Muchas mujeres viven ignorando qué sucede en las diferentes fases de nuestro ciclar. También hay muchas mujeres que hoy en día están eligiendo no menstruar utilizando diferentes procesos farmacológicos – como puede ser la implantación de chips o tomando pastillas que inhiben el ciclo hormonal-. Esto sucede por diferentes motivos, pero en muchas está relacionado con el rechazo a nuestro sangrado menstrual, siendo estos días y los previos “molestos”, causando “asco” o sintiendo “malestar o dolor” o “desequilibrios emocionales”. ¿Cómo llegamos a sentir desprecio por nuestra propia naturaleza creadora? Por un lado, perdimos la escucha de nuestro propio cuerpo. Reconocer qué está pasando dentro, nos da mucha información para entender qué es lo que se expresa a través nuestro, emociones, ideas, ganas, etc. a cada momento. Habilitar ese contacto con nosotras mismas, nos regala la posibilidad de transitar y vivir cada una de las etapas de nuestro ciclo en plenitud, aceptando las energías que predominan en cada una de ellas, siendo desde un lugar más genuino y haciendo desde un lugar más verdadero. Por ejemplo, luego de nuestro sangrado menstrual, vivimos unos días de mucha energía. Muchas mujeres experimentan ganas de hacer deporte, salir a correr, mucha actividad mental – una lluvia de ideas y deseos de iniciar – mientras que en los días próximos a nuestro sangrado, sentimos ganas de descansar y recogernos en nuestro interior, brindarnos ese momento para nosotras.
Muchas son las que a partir de su propia experiencia de transitar desequilibrios en sus órganos sexuales -dolor en su útero, quistes, fibromas, endometriosis, cándidas, amenorrea, dismenorrea- son algunos ejemplos, han comenzando un camino de autoconocimiento y autosanación partiendo del reconocimiento de su propio ciclo hormonal.
Entonces, tenemos la posibilidad de inhibir nuestra propia naturaleza cíclica que nos da la posibilidad de crear y encontrarnos con toda nuestra fuerza intrínseca, o asumir que lo que duele – a nivel físico o emocional – precisa ser mirado.
Elijamos conocernos, amarnos, respetarnos, cuidarnos, honrarnos, escucharnos. Desde el amor a nuestros propios cuerpos, de nuestra propia matriz -de donde todos venimos-. Seamos úteros sanos, que se expresan en libertad con toda su potencia.
La Madre Tierra nos viene pidiendo un cambio – que la honremos y cuidemos de ella- y este comienza dentro nuestro, en el reconocimiento de nuestra propia naturaleza, el respeto y cuidado de nosotras mismas.
por Flora Maistrello
Acompañante en los procesos de la matriz
Hacer un comenario