Acá vamos comenzando este año con mucha esperanza de que todo lo vivido el año anterior nos permita comenzar a cosechar sus frutos.
Seguramente grandes desafíos nos deparan, pero esta vez con la confianza de estar mejor preparados, así como desafiantes de la dualidad y de paradigmas imperantes, lo malo se convierte en dicha, causando introspección y reflexión que desencadena en ese empujón de encarar la vida, ahora sí, definitivamente como queremos vivirla.